domingo, 12 de abril de 2015

Beatus Ille...


Cada mañana veo esta casita a mi derecha, en dirección a Madrid. No está abandonada, pero sí descuidada, al punto que ya tiene grafitis en su fachada. El ambiente es cambiante, no hay dos mañanas iguales...unas con niebla que se levanta desde el río, otras soleadas, otras lluviosas. A la hora que paso la imaginación está despierta y fresca, aunque no el resto del cuerpo, y entre cabezada y cabezada la casita se viste de cal y labriegos ocupados en las labores..el aroma a pan y leña impregna el vagón y los ecos de una vida campesina y bucólica me llevan hasta Madrid, recordando el poema de Horacio...

Beatus ille qui procul negotiis,
ut prisca gens mortalium
paterna rura bobus exercet suis,
solutus omni faenore,
neque excitatur classico miles truci
neque horret iratum mare,
forumque vitat et superba civium
potentiorum limina.

Dichoso aquél que lejos de los negocios,
como la antigua raza de los hombres,
dedica su tiempo a trabajar los campos paternos con sus propios bueyes,
libre de toda deuda,
y no se despierta, como el soldado, al oir la sanguinaria trompeta de guerra,
ni se asusta ante las iras del mar,
manteniéndose lejos del foro y de los umbrales soberbios
de los ciudadanos poderosos

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